sábado, 13 de febrero de 2016

I Domingo Cuaresma

Las tentaciones del hombre 
     Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días. No comió nada en aquellos días y al fin tuvo hambre. Entonces le dijo el diablo: “Si eres Hijo de Dios di a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le respondió: “Escrito está: «No sólo de pan vivirá el hombre»”. Después lo condujo el diablo a un lugar elevado, le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos porque me ha sido entregado y lo doy a quien quiero, por tanto, si me adoras, todo será tuyo”.

Jesús respondió:
“Escrito está: «Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo servirás»”. Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del Templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque escrito está: «A sus ángeles te encomendará para que te guarden y te llevarán en sus manos, no sea que tu pie tropiece contra alguna piedra»”. Pero Jesús le respondió: “Está dicho: «No tentarás al Señor tu Dios»”. Y terminada toda tentación, el diablo se alejó de Él hasta el momento oportuno.
Lc 4,1-13