III Domingo de Adviento, o de "Gaudete"
“En aquel tiempo, la gente preguntó a Juan: Entonces, ¿qué
hacemos?. Él contestó: El que tenga dos túnicas, que se las reparta con
el que no tiene; y el que tenga comida haga lo mismo. Vinieron también a
bautizarse unos publicanos, y le preguntaron: Maestro, ¿qué hacemos
nosotros?. Él les contestó: No exijáis más de lo establecido. Unos
militares le preguntaron: ¿Qué hacemos nosotros?. Él les contestó: No
hagáis extorsión de nadie, ni os aprovechéis con denuncias, sino
contentaos con la paga. El pueblo estaba en expectación y todos se
preguntaban si no
sería Juan el Mesías: él tomó la palabra y dijo a todos: Yo os bautizo
con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la
correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego:
tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el
granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga. Añadiendo otras
muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia”. Lc 3, 10-18.
¡ESTAD SIEMPRE ALEGRES!
“Durante
estas semanas nos consuelan las palabras del profeta Isaías, dirigidas
al pueblo judío desterrado en Babilonia después de la destrucción del
templo de Jerusalén, el cual había perdido la esperanza de volver a la
ciudad santa en ruinas. A los que esperan en el Señor, Él les renovará
el vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y
andarán sin cansarse. Y también: Regocijo y alegría los acompañarán.
Pena y aflicción se alejarán”. (Benedicto XVI)